In 2014, the RISC Consortium launched an ongoing interactive initiative entitled A World Family Portrait. This call for contributions invites scholars, practitioners, journalists, photographers, and so forth to submit written and photographic contributions in English, French or Spanish that provoke a contemporary reflection on the human condition through the presentation and analysis of life challenges and opportunities. The goal of these publications is not simply to document world events and social conditions but also to engage readers through photography and prose in a dialogue focusing on the evolution of our world and humanity’s place in it. Selected photos will be published periodically in the Leadership Forum section of Regions & Cohesion. Interested contributors should go to the “A World Family Portrait” link at www.risc.lu where texts and photographs can be uploaded along with basic information such as author names, correspondence addresses, institutional affiliations, and current positions. Articles should be approximately 500 words in length. Images should be submitted in a JPEG format at a resolution of approximately 1900x1600 pixels. All materials must be original.
• Women leaders: Nobel Peace Prize Laureate Leymah Gbowee with (then) RISC Consortium Executive Director Carmen Maganda
Citation: Regions & Cohesion 6, 2; 10.3167/reco.2016.060209
• Mother & Daughter, Bukhara, Uzbekistan by Doug Metz
Citation: Regions & Cohesion 6, 2; 10.3167/reco.2016.060209
• Haiti: Roadside market by Doug Metz
Citation: Regions & Cohesion 6, 2; 10.3167/reco.2016.060209
• Nacidos de la Tierra by Maria Ochoa Sierra
Citation: Regions & Cohesion 6, 2; 10.3167/reco.2016.060209
En la Guajira, un territorio semidesértico del Norte de Colombia, la familia es larga. Así lo nombra su gente y esto se traduce en familias extensas donde no hay grados de diferenciación entre primos ni tíos cercanos y lejanos, donde los lazos de solidaridad son indispensables. Cuando escasea el agua los tránsitos entre casas parentales se precisan para el pastoreo y cuando muere alguien, toda la familia se reúne a celebrar su muerte, como ciclo incesante de la vida que después vendrá tal vez, en forma de lluvia. La familia se reúne en el lugar donde están enterrados los ancestros. Es en la muerte donde se renueva la vida, se conocen los familiares que aún no lo hacían, se arreglan problemas, se pactan acuerdos, se recuerda que el muerto pasa a otra vida donde se podrá comunicar con los vivos a través de los sueños. Así viven los del norte, los indígenas que llaman al departamento su Nación Wayuu. En el sur de esa región se ha dado el mestizaje entre los indígenas Wayuu y los Afrodescendientes más cercanos a la costa Caribe, de lo que resulta un tejido cultural maravilloso en la misma unidad territorial. El sur de la Guajira posee más agua y terrenos agrícolas, lo que facilita el intercambio con los del norte cuando existen lazos de parentesco. Las familias del departamento por su potencial minero, viven en medio de diversos proyectos multinacionales, pero sus ganancias y regalías no merman la sequía y sí profundizan la falta de agua en el territorio. Desde la venta de emisiones de carbono, la instalación de Puertos multipropósito entre ellos el transporte de carbón y minerales pesados, la instalación de proyectos turísticos a gran escala, y la explotación de la mina de yacimiento de carbón a cielo abierto más grande del mundo, las familias que nacen de la tierra, esperan no ser devastados a causa de ella. Su relación con la tierra es ancestral, su encuentro con ella es habitual porque allí volverán los muertos cuando sean espíritus. La solidaridad familiar, entre personas que se dejan de ver por mucho tiempo o que incluso no se conocen porque recién llegan a la vida, es lo que permite la sobrevivencia en un territorio tan complejo. Siempre habrá una silla vacía en los retratos de las familias de la tierra del que se fue o del que esperan que llegue, porque la mística acompaña su vida, es su forma de resistencia en un mundo desencantado e instrumental. No son nómadas, son poliresidenciales frente a la aspereza del clima, rasgo que conservan hace cientos de años, pero que se ve amenazado por la apropiación del territorio de anclajes industriales privados a través de los cuales no pueden circular.